Viernes 20 de mayo del 2011, FINAL DE EXÁMENES PARCIALES, obviamente del tercer periodo, y por obvias razones día de descanso y felicidad, de hecho parece ser un día de obviedades, un día en el que obviamente volveré a pensar en ti, un día en el que obviamente, al final, me daré cuenta de todos lo errores que cometí hoy, de todo lo que olvide, y de todo lo que me faltó por hacer, y un día obviamente en que he vuelto a escribir. Disculpen que haya abandonado el espacio por un tiempo, el tiempo en mi vida llegó a escasear de manera impresionante, obviamente por la escuela, por la tarea, por esto, por lo otro, en fin, obviamente lo extrañaba.
Pero ya que estamos hablando sobre exámenes, escuela, tareas, proyectos, y falta de tiempo, les contaré algo curioso.
Resulta que no hace mucho tiempo, a un amigo mio, a un muy buen amigo mio, se le metió en la cabeza la idea de que la escuela [hablando de la preparatoria en particular] es una vil y absurda perdida de tiempo, algo realmente innecesario. Algo que, por los programas educativos y los sistemas implementados, no vale la pena ser vivido. Y si bien, es cierto que la educación en México es realmente algo decepcionante, algo que más que generar personas inteligentes, sabias, y con capacidad de raciocinio, genera hombres y mujeres hastiados del estudio, genera la visión de un estudio aburrido, algo malo, algo que de preferencia se debería evitar, también es cierto que más que presentar problemas deberíamos presentar soluciones al asunto, soluciones inteligentes, posibles y que puedan ser escuchadas, así como lógicas y productivas.
Desde hace mucho tiempo, demasiado tal vez, la vida del ser humano se rige por una simple regla: "si quieres que te de, tienes que darme", nosotros como pueblo, ¡no! que digo nosotros, YO, como individuo, ciudadano de este país, ¿que le he dado para recibir una educación que merezco por ser hombre?, yo ¿qué propuestas?, ¿qué iniciativas he puesto sobre la mesa para un nuevo y mejor país?, en realidad ¿he hecho algo por esta tierra?, ¿he dado algo valioso para recibir algo tan valioso como la educación?. Seguro se preguntarán, y que podría dar yo, dinero no tengo, ¿fuerza de trabajo acaso?, aun soy menor de edad, por lo que no serviría de mucho, ¿entonces que podría dar yo para mi país?, no es necesario quebrarnos la cabeza con estas preguntas, creo que con un simple y verdadero compromiso de nuestra parte en cada uno de los aspectos de nuestra vida, ya sea en el trabajo, ya sea en la escuela, incluso en la calle o en el camión de regreso a casa, si nos comprometemos con nuestra vida y con lo que queremos lograr, esto será un país diferente.
Y no se trata tan sólo de decir palabras que suenan bonito, esta es una realidad aplicable, algo tangible, y para comenzar no hace falta más que el tal vez saludar a aquel que se para junto a ti en la parada mientras juntos esperan el camión, no hace falta más que brindarle una sonrisa sincera al niño que pasa a tu lado mientras caminas, no hace falta más que ser amable con tus compañeros y maestros, estar atento a sus necesidades, y ayudar en lo que se pueda, no hace falta más que COMPROMETERSE en clases, prestar atención, vivir el momento lo más intensamente posible, haciendo lo que toca hacer, y respetando el momento de los demás.
Después de todo, no hay que olvidar que los que manejan este país también son hombres, se equivocan y cometen errores, y con la visión de que nosotros seremos lo que manejen el país en un futuro no muy lejano, y si desde ahora aprendemos a comprometernos con nuestra vida, y con nuestro país, si desde ahora aprendemos a darle hasta la última gota de nuestro sudor a esta tierra, no dudo en que el día de mañana esta nación sea mejor que hoy, y mejor de lo que lo fue en el pasado.
Esto, Obviamente, no consiste en caer en la mediocridad de aceptar lo que venga, pero si consiste en, con vistas a cambiarlo, aceptarlo con un sonrisa en la cara, y con el positivismo de vivirlo lo mejor posible marcado en la frente.
Me despido, y un gusto volver a estar con los lectores.