Hace tiempo ya que se dice mucho de la violencia que sufre el país. Hace también ya mucho tiempo que se habla de las verdades y mentiras que se cuecen en los altos hornos de nuestra nación. Y hace tiempo ya que escucho hablar en la calle sobre injusticia social, pobreza, desigualdad, política mal intencionada, y corrupción generalizada en los funcionarios públicos.
Lo cierto es que se ha dicho ya demasiado y se me ocurre que tal vez sea hora de empezar a hacer algo. No propongo hacer un nuevo partido político que reforme la ya refrita política mexicana, ni tampoco pido un cese al fuego ejercito-corporaciones no gubernamentales fuera del margen legal; lo que realmente propongo es ese cambio de actitud tan postergado en los individuos de nuestra sociedad; ese cambio de actitud que implica el levantarse por la mañana con una gran sonrisa en la boca’ y regresar por la noche con la misma gran sonrisa, un poco mas cansada, pero cansada de trabajo honesto, cansada de barrer la banqueta del vecino y no sólo la nuestra, cansada de ayudar al compañero a entender ese tema que tu entendiste bien y él no, cansada de esforzarse y dar lo mejor de cada uno de nosotros en lo que sea que hagamos, cansada de haber vivido y aprovechado a lo largo del día todos esos pequeños detalles, esas pequeñas oportunidades, que tenemos de hacer sentir al otro que somos familia, de sentir al mexicano que vive al lado mío, que camina junto a mi y que comparte mi suelo, como un hermano, un padre, una madre, un abuelo o abuela, en fin, vivirnos realmente como una familia, que si, es cierto que tendrá dificultades y contratiempos pero que vivirá unida y en paz; y aunque cansada, que nuestra sonrisa siga siendo sonrisa, que aunque cansados podamos seguir diciendo que somos orgullosa y felizmente ¡MEXICANOS!.
‘.- sé y soy consiente de que a veces despertar con una sonrisa es complicado, en variante a esto, los días que no nos sintamos capaces, entonces podríamos intentar tan sólo vivir dentro de los márgenes legales, sin dejar que la corrupción del mundo material entre en nuestro día. Y aunque no podamos despertar con una sonrisa, entonces que al menos podamos dormir con ella, que a voltear la cabeza y ver nuestra jornada, nos sintamos orgullosos de nosotros mismos, y podamos decir con la frente en alto que seguimos siendo mexicanos.