miércoles, 22 de agosto de 2012

[LA MIEDOSA LUZ ELÉCTRICA]

Hace pocos días, con la lluvia por la noche, la luz huyó de los focos de mi casa, dejándome en penumbras, con tu nombre a flor de piel, y con una tarea a medio hacer sobre las hojas y bajo la pluma. La luz de las velas, una luz tierna, nueva a cada instante, llegó a ocupar el lugar de la miedosa luz eléctrica. Si he de ser sincero, el terror me agarroto los dedos, a tal grado que, preferí acabar la tarea sin pensar en lo que mi escrito podría significar realmente. El terror de escribir a la luz de las velas fue tal, que a los diez minutos de encenderlas decidí soplarles y que la llama se consumiera en una débil braza sobre el pabilo. Y es que escribir a la luz de las velas y con tu nombre rozando mis labios, sería asegurarme un absurdo y triste naufragio, sería correr el riesgo de ser tan descarado que rozara en lo ridículo, casi tan ridículo como el que hago en estos momentos. Y como no es mi intención quedar en ridículo explicando por que razón no escribí de ti aquella noche a la luz de las velas, sólo diré: !Maldita seas luz eléctrica collona!

domingo, 19 de agosto de 2012

[VUELA Y ENSÉÑAME A VOLAR]

Vuela ligera y presuntuosa, negra pluma.
Vuela ligera y libre, con la libertad de aquél que ha osado volar, con la ligereza de aquellos que han sentido el viento.
Negra pluma, vuela y enséñame a volar, se mi vida, se mi historia.
Vuela ligera y poderosa, levántate sobre la tierra con tu valor y majestuosidad.
Vuela, negra pluma, y enséñame a volar.