[MUCHAS GRACIAS!]

No podía dejar pasar por alto el hecho de que ¡ME HAN LEÍDO 507 VECES!! muchas gracias a todos y una disculpa por la discontinuidad, prometo pronto subir algún otro texto.

[UN VIEJO DEAMBULAR A TRAVÉS DE MI ALMA] parte I

Así pues, entré por la verja de aquella extraña casa, cuya fachada estaba inmaculada. Un bonito jardín lleno de flores adornaba el pequeño sendero que conducía hasta la puerta. Por fuera parecía construida por algún viejo arquitecto colonial; no era muy grande, ni muy pequeña, sólo era.
Me acerqué y, abrí la puerta. Dentro estaba oscuro. Dí unos cuantos pasos como aventurándome en esa terrible y desconocida pero tan familiar oscuridad, la puerta se cerró detrás de mi. Todo se volvió negro. A tientas busqué el interruptor sobre la pared, lo encontré fácilmente, lo accioné. El foco, una luz amarilla y vieja, parpadeo un poco antes de estabilizarse; yo por mi parte, he de reconocer que estaba asustado, tenia esa terrible sensación en el estomago que comúnmente se le conoce como "miedo".
La casa por dentro era completamente diferente a la que creía haber entrado. Era mucho más amplia; parecía un pequeño palacio inglés. Al entrar te topas de frente con un amplio salón, y en la pared de enfrente dos escaleras semicurvadas, una a cada extremo del fondo del salón.
La idea de seguir adentrándome en esa residencia tan real, tan tangible, tan desconocida y tan cercana a la vez le provocaba a mi estomago un nudo terrible, y aún así seguí avanzando. El entarimado del piso rechinaba con todos y cada uno de mis pasos.
No sabía que camino tomar, pero sabía que no quería quedarme ahí, el polvo y las telarañas del lugar no eran del todo el mejor de los anfitriones.
Supuse que lo mejor sería empezar a caminar, y como ambas escaleras llevaban a donde mismo, es irrelevante por cuál subí. Al estar arriba me encontré de pronto con un largo y mal iluminado corredor, repleto de puertas a ambos lados, todas cerradas y empolvadas, y todas con un letrero en la parte superior, centrado y con letra formal, de esa que ponen en la oficinas al escribir el nombre del dueño de esta. La puerta más cercana a mi decía "futuro", pero al intentar abrirla la descubrí cerrada con seguro, y no tenia yo la llave. La puerta siguiente decía "sentimientos", supuse que también estaría cerrada, pero de todas formas intente abrirla, para mi sorpresa la puerta rechino fuertemente y se abrió de par en par.
Dentro del cuarto la luz estaba encendida, y había un desorden colosal, existían dentro solo un par de archiveros, y otro par de libreros, todos a su máxima capacidad e incluso más. Desperdigados por el piso había infinidad de objetos extraños sobre montones de libros, todos sumamente viejos, empolvados y con telarañas. Parecía como si hubiera llovido polvo la noche anterior a mi llegada, ni huellas, ni lugares limpios, todo tenía polvo. Fue entonces que me fijé en algo curioso, al fondo, en una esquina, debajo de una vieja tela,  parecía brillar algo. Cuando me acerque ¡oh sorpresa!, la vieja sabana no parecía estar sucia, y cubría un cofre de madera, con arreglos en cobre, el cual tampoco parecía estar empolvado como lo demás, sin embargo estaba igual de viejo, y al levantarlo dejaba ver la marca de sus patas en el piso, por lo que entendí que había estado ahí tanto tiempo como lo demás. Dejé el cofre en el piso y me dispuse a abrirlo. No tenía ni candado ni ningún tipo de seguro, y parecía haber sido abierto muchas veces. Levante la tapa y un tétrico rechinido inundo la habitación, en su interior solo se encontraba un pequeño trozo de papel viejo, amarillento y a medio roer. El papel estaba centrado en el fondo del cofre, casi como si fuera un tesoro al que el dueño de aquella vieja casa quería tener rápido y fácil acceso. Cuando leí aquel trozo de papel me sorprendió encontrar que sobre él sólo llevaba escrito cuatro palabras. Con una caligrafía perfecta y con tinta negra, sobre aquel papel sólo encontré escrito tu nombre.

[UN MÁGICO LUGAR]

Me encanta este lugar,
en la mañana, al alba
el cielo se pinta de mágicos colores
casi tan mágicos como el brillo de tus ojos
por la tarde, cuando el sol aún brilla en lo alto,
la sombra de los arboles es tan fresca
que sin notarlo he empezado a pensar en tu pelo,
más tarde, justo antes del anochecer,
los tonos del cielo
tienen la sutileza de la duda
que se ciñe sobre tus labios,
y en la noche las estrellas
se tornan tan brillantes
como el bello resplandor de tu alma.

[AYER POR LA NOCHE PENSABA EN TI]

Tuve la oportunidad de observar las estrellas, yo estaba acostado sobre una mullida alfombra de ese peculiar material suave y acogedor que suelen llamar pasto. No pasó mucho tiempo antes de que empezara a pensar, pensaba en ti, y en lo extraño que es soñarte, pensé en que lo mejor pudiera ser dejar de pensarte, y aún así, continué con tu idea en mi mente. ¿Acaso seré alguna especie de maldito bandolero, perseguidor incansable de tu idea? o ¿ será que tu idea es la que me persigue a mi?, no lo se, pero sin importar cual sea el caso, el punto es que te soñé, ¡te soñé!, te soñé a ti, mujer desconocida de lindos ojos y expresiva sonrisa, ¡con un demonio! !TE SOÑÉ! y no fue una, ¡fueron dos noches!, dos agradables noches que se convirtieron en tormentosos días, dos terribles días en los que tu idea no dejó de atacarme, no dejó de tocar a mi puerta, no dejó de zumbar en mi oído, se convirtió en algo encantadoramente molesto.
También pensé en ti, y en lo mucho que me costaba estar tan cerca y no hablar, en lo mucho que escuece al corazón la indiferencia. Pensaba de ti tus ojos, me agrada su brillo, pero tu terrible lengua, cortante e hiriente como daga, pensaba en tus ideas, inteligentes, con fuerza y sutileza, suficientes como para controlar, pensaba en lo mucho que me hubiera gustado tu compañía, tu abrazo, tu voz de mi lado, y no fue así.
Pensaba en alguna que otra banalidad, me preguntaba por ejemplo por el movimiento natural de las estrellas en nuestro profundo cielo, y pensaba también en una vieja partida de ajedrez, pensaba en ser mimo y regalar rosas, pensaba en patinar y también en el viento.
Pero más que nada, pensaba en Ti, en Ti que todo lo cambias, que transformas al hombre, que vives y hablas, que te manifiestas y enciendes, que mueves montañas, y más impresionante aún, que mueves corazones, pensaba en tu poder, pensaba en tu volar, quería sentirte cerca, sentir tu fuego encender mi corazón, sentir tu fuerza ponerme de pie y hacerme gritar tu nombre, predicar tu voz, pensaba en tus misterios, en tu realidades, en tu dolor, pensaba en tu cercanía. En tu cercanía.

[HASTA TU ANDAR DE AVE QUE VUELA, DE MUJER QUE SONRÍE]

Amo tanto el aroma de las flores; se parece al perfume de tu pelo.

Amo las estrellas en las noches oscuras; me recuerdan tanto a tus ojos.

Amo el frío viento de las montañas; es como si fuera tu andar ligero,

de ave que vuela, de mujer que sonríe.

Pero he llegado a detestar el sonido del tren; porque, a pesar de que me esfuerce con todo mi ser

ha de llevarme inevitablemente, hasta tu puerta,

hasta tu recuerdo, hasta tu perfume, hasta tus ojos
hasta tu andar ligero, de ave que vuela, de mujer que sonríe.

martes en la tarde, nuevamente de trabajos escolares [DE UNA TARDE CON SANTIAGO CARBONELL Y DE ALGUNOS OTROS DETALLES]

Sábado 30, medio día, más bien, tarde, después del cine con dos estimados amigos, se decidió que visitaríamos al museo de arte, no sólo por tarea, si no, por el deseo interior de ver algo realmente artístico, la película nos había decepcionado.
Antes de entrar al museo de arte, nos pasamos por la galería libertad, donde esta expuesta una colección bastante agresiva, violenta, por no decir sangrienta y despiadada. Destruyó mi paz, por lo que pienso que entrar a la exposición de Carbonell fue como un oasis para mis sentidos. Su extraño sentido de la belleza, la intensidad en las miradas de sus personajes, la pacifica pero cambiante relación con el espectador, y el torrente de ideas que desprende en cada uno de los cerebros visitantes, son rasgos suficientes para afirmar que es una buena exposición, tan explicita, pero tan sutil, tan real y tan salida de un sueño a la vez.
Extrañamente, entrar en la habitación, donde estaban los cuadros expuestos, fue recibir un torrente de ideas, no del todo claras, sólo ideas. Recibir tantos recuerdos, nada claros, tan sólo recuerdos.
Pensé en volver a casa, pero eso fue porque tenía hambre, pero había algo más, pensé en volver para ver los ojos de mi madre, el rostro de mi padre, pensé en volver para observar la profundidad de su belleza, la profundidad de las personas reales, me preguntaba si serían tan ondas como las de los cuadros.
Lo que más llamo mi atención, fue ese detalle en la mirada, la expresión en los ojos, tan reales, tan sinceras, pero tan difíciles de descifrar y penetrar, tan difíciles de saber y conocer. Supongo que al fin y al cabo eran sólo pinturas, sin nada detrás del lienzo, sin pensamientos ni sentimientos, tal vez por eso no pude entender su mirada, ausente, precisa, su mirada constante, sin parpadeos, su vitalidad extinta.

[¿PRISA?]

-- Dese prisa caray!!--

--¿prisa?

Si lo que me pide usted

es que acelere mi paso

me temo que no será posible,

he descubierto que

mientras más lento va uno

más detalles aprecia,

más atardeceres observa,

más lunas disfruta.

Si lo que quería usted

era un compañero de camino

que el tiempo ahorrara

y que por la vida corriera

lamento mucho informarle

que escogió usted muy mal.

Por otro lado,

si lo que quiere usted es llegar temprano

no se preocupe mi amigo!

aquello no es importante

pero si no se apura,

llegará tarde a Vivir!!

[DESPUÉS DE TODO, TODOS SOMOS UN POCO ARTISTAS]

El ser humano es un ente realmente complejo, tanto en su anatomía, fisionomía, funcionamiento, como en la forma que piensa, se relaciona, vive, y coexiste en este planeta.
Resulta ser que el ser humano tiene una larga lista de cualidades que nos diferencian de los demás seres en este mundo, en esta lista se encuentra sin duda alguna la asombrosa, terrible e imperante necesidad de expresión. Todo hombre, en algún momento de su existencia esta esclavizado a esta necesidad, y es gracias a esta necesidad que es liberado, mientras no nos expresemos, no lograremos ser libres, en pocas palabras este es el objetivo del el arte, el arte es liberadora, es libertad.
Aquel que quiera considerarse artista debe, de alguna manera, lograr expresar en su obra lo que es, su ser más profundo y complejo, su verdadero yo, debe ser transparente; sin embargo, no sólo los llamados artistas tienen necesidad de expresión, estamos hablando de que todo ser humano, por el hecho de serlo, lo necesita. y a los que no se les dice "artistas" ¿cuáles son los medios que se les proporcionan para solventar esta necesidad? La respuesta es simple; la vida misma es su forma de expresión, la vida se convertirá en su lienzo, en bloque de mármol, en su edificio, su canción o su largo poema.
Aunque, al hablar de expresión, no todo es color de rosa, hay muchos riesgos, y el más grande y terrible es la mera inhibición de esta profunda cualidad humana. ¿qué llega a pasar si el hombre rompe con alguna característica distintiva del propio hombre?
Si el hombre deja de expresarse, si deja de ser el artista de la vida, entonces dejará, poco a poco, de ser del todo hombre, dejará poco a poco de ser tan complejo, tan humano.
Ayer por la noche, callé, rompí conmigo mismo, y hoy resulta que me siento tan humano como aquel viejo ser de una historia que leí hace tiempo, con un protagonista vació, sin alma, realmente perdido y desorientado, creo que se llama Frankeinstein.